PÁJAROS EN EL ALAMBRE
Regreso a clases con bolsillo vacío
Por Joel Dávila García
El regreso a clases resultó ser una novedad para todos, a pesar de las desatinadas fechas que daba la SECRETARÍA DE EDUCACIÓN EN TAMAULIPAS.
Aunque el anuncio del secretario de Educación, MARIO GÓMEZ MONROY, fue atinado, la coordinación y la confusión predominaron sobre todo entre los padres de familia.
Las escuelas se han ido programando poco a poco para el regreso clases, otras más continúan con las clases virtuales, pues hay institutos que no están en condiciones para recibir a los niños.
En lo que respecta a las escuelas primarias, hay algunas que están enmontadas, llenas de polvo y otras ni siquiera tienen agua potable.
En esta cuestión hay molestia entre los padres de familia, quienes piden a la SECRETARÍA DE EDUCACIÓN que tome cartas en el asunto para solucionar el problema de desabasto de agua en los institutos escolares.
Pero el principal problema tal vez no es ese, sino la cuestión económica, pues muchas escuelas están exigiendo a los padres de familia compren el uniforme a los niños, cuando a estas alturas muchas familias están pasando por una difícil situación, y lo más sano sería que terminen el ciclo escolar con lo que tienen a su alcance.
Los precios de los uniformes varían y muchos sólo compran una blusa y una falda o en su caso pantalón nada más para el llegue, estas compras de pánico han provocado largas filas en tiendas que se dedican a vender los uniformes, pero desconocemos si los precios son accesibles, aunque en REDES SOCIALES hay grupos donde los padres optaron por hacer un tianguis de uniformes a bajo costo, o en su caso un trueque de uniformes.
Otro de los obstáculos y que ya había anunciado MIGUEL ÁNGEL TOVAR TAPIA, presidente de la Asociación Estatal de Maestros y Padres de Familia, es que los PADRES DE FAMILIA tendrían que cargar con el morral de las piedras.
Nos referimos a comprar todo el material para desinfectar los salones, además del gel antibacterial, eso sin contar que en algunas escuelas cobraron inscripciones por encima de los mil pesos.
Es claro que este momento tenía que llegar y que a fin de cuentas tenemos que aprender a vivir con el covid-19, obviamente siguiendo todas las indicaciones.
Los niños se merecen una buena educación y no hay como la que imparte el maestro en el salón de clases, pues para muchos quedó comprobado que las clases en línea o virtuales no fueron de mucha ayuda para todos.
La dificultad de las clases en línea consiste en que muchos niños no le toman mucho interés a ello, y otra es que los padres que tienen que trabajar no pueden ponerles atención a sus hijos o asegurarse de que en realidad tomaron la clase.
En el caso de los bachilleratos, donde comúnmente hay más quejas por altos costos y otras exigencias, los directores decidieron que los jóvenes podían llevar ropa parecida a la del uniforme, en este caso camisa blanca y pantalón de mezclilla.
Asimismo el instituto se hizo cargo de contar con todas las medidas para la limpieza de los salones y el gel antibacterial, solicitando al alumno como obligatorio llevar su cubrebocas.
En próximos días podrían estar presentándose más quejas en las redes sociales respecto a lo que exigen las escuelas a los padres de familia.
Sin tanto rollo y colgado del alambre nos vemos la próxima.