Daisy Verónica Herrera Medrano
Reportera
En la frontera tamaulipeca permanecen varados más de 600 migrantes centroamericanos que fueron deportados de Estados Unidos.
Son originarios de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica y no han podido regresar a sus países, pues Guatemala cerró su frontera con México.
Las embajadas de cada país o la Secretaría de Relaciones Exteriores deben obtener un salvoconductos para cruzar territorio guatemalteco.
Ese trámite agrava la crisis migratoria en ciudades como Reynosa y Matamoros, que están al tope de migrantes y con la amenaza constante del COVID-19.
Al respecto el secretario General de Gobierno de Tamaulipas, César Augusto Verástegui Ostos, solicitó vía oficio a la Secretaría de Gobernación su auxilio por la situación de emergencia de salud pública que viven las ciudades fronterizas.
Pidió además su intervención a fin de instruir al Instituto Nacional de Migración implementar medidas idóneas para evitar la propagación del coronavirus en la entidad.