Victoria: resiliencia y vocación
José del Carmen Perales Rodríguez
Todo indica que los reclamos de las cúpulas empresariales al Gobierno federal, por el salvavidas de juguete que les enviaron para enfrentar la crisis económica que generó la pandemia de covid-19, han bajado de tono con todo y que persiste la amenaza de hundir a la mayoría en una situación todavía peor.
Si como lo anunció ayer Economía federal que ya casi se acaban los préstamos chiquitos, con abonos e intereses chiquitos y candados grandotes, alrededor de un millón de micro y pequeños empresarios tomaron un tanquecito de oxígeno, el resto aún no tienen nada.
En cuanto al escenario estatal, el anuncio del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca de aumentar de 300 a 500 millones el fondo de rescate y de elevar los montos máximos de los créditos, es una buena noticia, aún y cuando Nacional Financiera no deje a un lado la usura.
Lo que hacia el interior de los organismos empresariales se comenta y advierte es que la ayuda va ahorcar a varios que ya andan urgidos de dinero fresco, porque el interés es alto y el ganón de esto seguirá siendo Nafinsa, aún y cuando se trata de una crisis o emergencia sanitaria.
Lo raro de todo esto es que los empresarios a nivel nacional ya no han terqueado a la Federación, como en el momento inicial, con los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo, solo la Coparmex insiste en el salario solidario, aunque también es cierto que el Presidente borró el tema.
Entre todo este escenario económico si acaso los que cada vez se sienten más cerca del cielo son los empresarios fronterizos, porque es cuestión de días o de horas para que los consumidores norteamericanos den el portazo y con dólar a más de 24 pesos vendrán por todo, aunque también es cierto que eso depende del covid-19.
La otra parte de la moneda es nuestra querida, amada y vilipendiada Ciudad Victoria que además del caos total también tiene una economía destruida, hartos casos de covid-19 y el pesimismo está en recluta permanente de empresarios y ciudadanos en general, con todo y que se diga que hay lana pero no cerveza.
Sin embargo también hay que hacer notar que esta crisis y otros factores externos, están haciendo germinar muy rápido la semilla de la resiliencia para sacar lo bueno de lo malo, un elemento excelente para el cambio de vocación económica que ha dejado de ser una necesidad para convertirse en obligación y sabes qué lector… así lo estamos entendiendo todos.
Diversificación de mercados, nuevos nichos de oportunidades y emprendedurismo, mayor libertad de expresión, más amor a la camiseta, menos dependencia, más exigencia y resistencia, menos vividores y más servidores, más regionalistas y celosos de lo nuestro, ojalá en este barco nos subamos todos, por Victoria.
APUNTE.- Aunque vengan de afuera del estado o desde el centro del país, las noticias más relevantes sobre el tema de moda y al que le he dedicado muchos teclazos, el covid-19, no dejan de ser frías y secas al grado de no dar mucho espacio para la esperanza, aún y cuando ésta exista y muera hasta el final.
Por esas razones, sigo sin entender, como reportero de la fuente de salud, el motivo del desaire y desprecio de quienes deben, sí: de-ben, dar aunque sea una rueda de prensa formal el día y la hora que lo deseen, lo tengo que decir porque a estas alturas siento mucha envidia a los colegas de Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, etcétera por 28.
Yo no sé de medicina, pero lo que sí conozco es el respeto.
PENDIENTE.- Las listas con sus respectivos colores o sin ellos para todo lo que se repartirá en Victoria: alcaldía, diputaciones locales y federales, incluso para la grande, ya están cocinadas, ahora faltan métodos, méritos y sobre todo limpieza, porque no estarán en juego las ideologías sino, reitero, el cambio de vocación. ¿Ya tienen la suya?
Aquí los veo, leo y escucho: [email protected] @josdelcarmenpr @Precisando_