EL PATINADERO

UNA TAHOE PARA LAS TORTILLAS

Por Juan Antonio Montoya Báez


Dicen que no es bueno comparar, pero mientras ciudad Victoria aparece como a cuarta ciudad más insegura en el ámbito internacional, sólo superada por Tijuana, Acapulco y Caracas, otros municipios tamaulipecos destacan positivamente.

Un ejemplo es Tampico que se ubica entre las ocho ciudades más seguras del país, esto de acuerdo a la percepción ciudadana y un sondeo realizado por el Inegi, un organismo descentralizado del gobierno federal.

De ahí a la importancia que arrojan los números del INEGI los cuales no pueden ser manipulados como algunas encuestas que presentan las diferentes empresas, pero particularmente cuando se trata de medir a los representantes populares o los candidatos a diputados.

Al respecto el alcalde CHUCHO NADER dijo que estos reportes del INEGI son producto del trabajo coordinado de las diferentes corporaciones federales y estatales en la mesa de seguridad y justicia, además de las acciones que realiza  el gobierno municipal.

«Estamos recuperando la confianza por parte de la ciudadanía y del comercio en esta ciudad, gracias a las estrategias que en materia de seguridad se han llevado a cabo en los últimos meses», dijo CHUCHO NADER.

El jefe edilicio dijo que las acciones coordinadas de los diferentes cuerpos de seguridad permitieron que la ciudadanía mantenga un alto nivel de confianza.

Para traer mayor seguridad a la ciudad se realizan acciones de manera paralela como la reposición y modernización de la red de alumbrado público, cambiando hasta el momento más de siete mil luminarias que además de dar una mejor imagen a la ciudad, ofrecen seguridad a las familias y al comercio local.

También se colocó un puesto de control en el acceso al municipio en el sector Moscú y se instalará uno más en el área del puente Tampico.

En Tampico crece la percepción de mejora en seguridad, mientras que en ciudad Victoria es todo lo contrario con ejecuciones y secuestros como parte del terrible platillo diario de incomodidades ciudadanas. Las cifras no mienten y traemos en la capital cuentas mochas.

Hablando de cuentas mochas tenemos que algo abochornada a una muy alta funcionaria gubernamental, pues por más que enumera y vuelve a contar, nada más no le cuadran las cifras.

Las observaciones de la Auditoria Superior de la Federación son cada vez más numerosas y todo por torpezas suyas, pues hay facturas que no se entregaron a tiempo, gastos que no se comprueban y lana que se regresa en una de las áreas más estratégicas y delicadas.

Está visto que no pudo con la responsabilidad por falta de apoyo o desconocimiento, quizá hubo uno  o más funcionarios que le fallaron, pero al final del día la culpa es de ella que no supo coordinar al equipo o no supo cómo exigirlos.

Es especialista en muchas materias, pero en matemáticas y contabilidad reprueba. En esa dependencia tienen rentadas decenas de unidades y no vamos a cuestionar si están o no bien utilizadas, pues el programa para el que se destina tiene una muy buena utilidad, pero lo increíble es que traen extraviada una camioneta Tahoe.

Desde la dependencia aseguran que si quieren buscarla se encuentra en la casa de una de sus familiares más cercanas. Que la camioneta sirve hasta para ir a las tortillas.

En la dependencia ya se dieron cuenta y aunque hablan de su salida, ella confía en sus poderosos padrinos. La moneda ya cayó y ganó, ella sabe que la cara siempre está expuesta al sol, sólo no hay que quemarse, ni preocuparse.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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