EL PATINADERO
Abeja reina
Por Juan Antonio Montoya Báez
ALFREDO es un hojalatero de la Corregidora en ciudad Victoria, que busca tomar su mejor decisión para realizar su trabajo.
Endereza puertas, salpicaderas y reconstruye, paso a paso ejecuta su trabajo de la mejor manera, sin afectar el bolsillo del cliente, pero tampoco sacrifica la calidad del servicio.
Arregla autos, camionetas, pinta pipas y tráileres, lo que le caiga lo toma, pero siempre proyecta tener los autos el menor tiempo posible en el taller.
Su historia es algo peculiar, pues su primera chamba fue como yesero y terminó como maestro hojalatero. Al final, en ambos trabajos se trata de afilar y dejar parejitas las superficies.
Ambos oficios los hace bien, pero ya se le olvidó del yeso y ahora se dedica de tiempo completo a la hojalatería.
Trata de echarle la mano al cliente que busca ahorrar lo máximo, les rescata sus piezas, pero también es honesto cuando de plano no sirven.
Es cierto, las piezas de lámina en muchas ocasiones por más reparaciones que se les haga, nunca quedan en su calidad original, la pasta puede hacer maravillas, pero los milagros solamente los hace Dios.
Es ahí cuando de plano exige las piezas nuevas, porque de plano hay salpicaderas, defensas y puertas que no tienen remedio, por lo que deben desecharse.
Es el único método para que las cosas salgan bien, requiere piezas nuevas. OlvidA la pasta y parches, porque eso no funciona, la calidad deja que desear y no hay manera de que se tenga un buen resultado final.
Esta paradoja es más lo menos lo que sucede en la Secretaria de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, donde hace días se presentaron algunas renuncias y otros simplemente fueron echados a raíz de un incidente que se registró en la institución.
Una discusión que se origina porque un funcionario reclama por una irregularidad que pretenden aprobar sin su consentimiento.
Dicen que llegaron a los golpes, pero en los videos que pudimos observar nunca vimos un cruzado, ni un jab, mucho menos un escupitajo, un simple aventón es lo que se observa en la escena.
La salida de los tres funcionarios no resolvió nada, es como una simple empastada a una unidad llena de golpes que no se puede reparar sin que existan piezas nuevas.
En la SEDUMA, no se pueden despedir, renunciar, cambias o aceptar la salida de unos funcionarios que no llegan ni a subsecretarios pensando que van a cambiar en la dependencia donde se cometen irregularidades desde hace sexenios.
La corrupción no es nueva, en la dependencia siempre existen las mismas mafias, en las que participan las delegaciones federales de Semarnat y Profepa. Siempre de la mano, extorsionan empresas.
Sin embargo, la parálisis de la industria es más cruel que nunca, con cientos de permisos que inamovibles en la oficina de la Secretaria KARINA SALIVAR LATIRGUE, quien ahora es la abeja reina que encabeza un montón de zánganos a los que les pide robar la miel a cambio de permitir lo prohibido.
La abeja reina no escapa al sabor de la corrupción, en la Seduma todo empeoró con las renuncias, solamente cambiarán cuando se vaya la secretaria y el procurador ambiental, de lo contrario sólo maquillan las piezas dañadas, quedan mal pintadas, jamás será la unidad de la transparencia, honestidad y legalidad.
En la Seduma huele a corrupción, no se soluciona arreglando piezas, cuando el motor y transmisión están dañados por la ilegalidad.
KARINA mezcla el servicio con el dinero, la miel que saborea con su pandilla de zánganos, mientras empeora el clima laboral.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
Contacto:
moc.liamtoh @oredanitap