HUMO BLANCO

HUMO BLANCO

QUIEREN GENERAR CAOS  
Por Clemente Castro González


Si nos atenemos a la tesis de que detrás de cualquier grupo de la delincuencia organizada o desorganizada están políticos o funcionarios podríamos inferir que lo sucedido, en fechas recientes (entre jueves y domingo),  en municipios del norte y centro de Tamaulipas, tiene como uno de sus objetivos centrales promover la desestabilización y, por tanto, afectar la  gobernabilidad.
Por supuesto que no se pretende de negar la existencia de agrupaciones criminales que se disputan espacios de influencia  para llevar a cabo actividades ilícitas. Sin embargo, lo que sucedió y es factible que continúe, entiéndase bloqueos de calles y tramos carreteros,  presencia de civiles armados, enfrentamientos entre criminales y de éstos con las fuerzas del orden, principalmente integrantes de la Guardia Estatal, puede ser parte de un esquema utilizado en la lucha por el poder.
Algo que es de importante señalar es que, en el presente, no hay evidencias de que el gobierno estatal o federal tengan  contubernio con ciertos grupos de  “violentos” para diezmar a determinadas bandas contrarias.
En contraparte, lo que no esta comprobado pero tampoco debe desestimarse es la versión que persiste en el sentido de que, para tener determinado control, en su tiempo,  administraciones pasadas establecieron tratos con grupos delictivos.
Se dice que, a partir de esto, las autoridades de entonces se dieron a la tarea de propagar  que la seguridad y la paz había llegado a la entidad, luego de estrategias fallidas.
Y así, los supuestos logros se convirtieron en estadísticas oficiales, mismas que se utilizaron para construir una  narrativa triunfalista que, en esencia, se sustentaba en  tratos ilegales e inmorales con delincuentes.
Más bien lo que prevaleció  fueron los intereses de criminales de cuello blanco y los de las  agrupaciones del crimen organizado con las que, presumiblemente,  se pactó.
Claro que las los cabecillas de las agrupaciones de proscritos sabían y saben en que momento hacer efectivos los acuerdos  y cuando es tiempo de romperlos para buscar reacomodarse.
Sexenios atrás se observó este patrón, al final de un mandato y al principio del siguiente.
Llama la atención que, como por arte de magia, los eventos de inseguridad y violencia aminoraban, al igual que la psicosis desatada en medios de comunicación, con énfasis en redes sociales.
Un aspecto que es pertinente  apuntar es que, a las campañas políticas no solo llega dinero de empresarios y del erario público sino también de grupos criminales que, de ésta manera, pagan una especie de cuota para recibir  buen trato e impunidad.
Se comenta  que en el asesinato RODOLFO TORRE CANTÚ, que fuera abanderado del PRI a la gubernatura, algo de esto pudo suceder.
Y no necesariamente debido a que el capitalino aceptarla dinero para la campaña sino que tal vez miembros de su equipo, del su partido u operadores  políticos, con charola o sin ella, se prestaron para recibir “maletas” con recursos monetarios  de procedencia ilícita a espaldas del candidato.
El caso es que en la actualidad se pretende perjudicar al gobierno de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA y poner en entredicho el respaldo que tiene de parte de la federación, en diversos rubros y en lo específico en materia de seguridad.
Incluso desde que ganó la contienda al Ejecutivo Estatal, empezaron a darse expresiones de violencia e inseguridad y hasta se llegó a pensar que el grupo político panista, que comanda el ahora ex gobernador, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, se dio a la tarea de animar el “calentamiento de ciertas plazas” para generar el caos y empañar la llegada de la nueva administración.
En el registro esta que él entonces gobernador electo, VILLARREAL ANAYA, sostuvo en rueda de prensa en la que externó que sería muy lamentable que lo presumido durante un sexenio, en materia de seguridad, pudiera caerse en semanas, con avisos propósitos.
Lo que se da en la actualidad puede no ser ajeno a un entramado perverso que, de ésta manera, se juega sus últimas cartas luego de planes fallidos en diversos ámbitos con miras a debilitar la gestión de AMÉRICO.
Es muy sistemático el ataque que se da hacia el gobierno estatal por quienes obedecen las órdenes de CABEZA DE VACA, incluido su hermano, el Senador ISMAEL. Y dicho grupo de panistas no para de lucrar, en lo mediático y político, con los sucesos que se presentan en cuanto a inseguridad.
Corresponde a la las Fiscalías, General de la República y del estado, al igual que a la Guardia Nacional y el aparato de inteligencia, identificar e informar sobre quién o quiénes están atrás de los actos de inseguridad que se dieron  en diversos puntos de la geografía tamaulipeca (Reynosa, San Fernando, Matamoros, Cruillas Méndez).
Por el bien del estado tendrá que aclararse  el papel que juega el cabecismo en el tema mencionado.
Mientras esto sale a flote, lo que observa es que hay una coordinación efectiva del gobierno de Tamaulipas con la federación para actuar con prontitud en cada evento de violencia e inseguridad y volver a la normalidad.
Lo anterior ataja lo que señalan voces mal intencionadas en el sentido de que hay un  fracaso en cuanto a la seguridad, en perjuicio de los ciudadanos y  con cargo y costo a la actual administración estatal.