HUMO BLANCO
AUTORITARIO Y REPRESOR
Por Clemente Castro González
Poco les duró el gusto a panistas, priistas y ciudadanos en general, que actuaron de buena fe, en base a la creencia de que la alternancia, en los comicios del 2016, sería la solución para que en Tamaulipas se pusiera freno a la corrupción y excesos peores, se saliera del estancamiento y se perfilara hacia el pleno desarrollo.
Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que al candidato al que apoyaron y que, a la postre, ganó las elecciones a la gubernatura, “aiga sido como aiga sido”, evidenció un cambio de personalidad, una vez que logró su meta.
Distinguidos militantes de Acción Nacional (PAN) resintieron la “transfiguración” que tuvo, el ahora ex mandatario, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
Mujeres como LYDIA MADERO GARCÍA y ELVA LIDIA VALLES OLVERA, sufrieron las consecuencias de su osadía de no avalar la manera arbitraria e ilegal con que se actúo en la administración panista.
LYDIA tuvo que dejar el cargo de titular de Salud, al arranque del sexenio cabecista porque, según versiones, se negó a firmar documentos de transas que se llevaron a cabo en contubernio con proveedores.
Ante la postura digna de la panista recibió el trato frío y entendió que el “cochinero” traía el visto bueno del más alto nivel de la estructura administrativa.
Por ello no dudo en hacer una carta y dirigirla a GARCÍA CABEZA DE VACA, misma que habría destruido el destinatario y dio la instrucción para que se redactara un texto de renuncia escueto, el cual le llevaron a MADERO GARCÍA para que firmara, sin mediar explicación alguna.
La actitud autoritaria de que fue objeto le dejó en claro a la mujer que lo mejor era no exponerse, de ahí que cerró la boca para no sufrir las consecuencias de una gestión que, de inicio, mostró su rostro persecutor y represivo.
En cuanto a VALLES OLVERA, que en aquel entonces era diputada federal, el cabecismo decidió tenerla bajo vigilancia para que no fuera a soltar información “sensible” de esa que se manejaba en lo oscurito.
Algo que no le ayudó a la victorense fue su manera directa de decirle a sus compañeros de partido que estaban desviando el rumbo y actuaban de manera incongruente a lo que ofrecieron a los tamaulipecos.
Por supuesto que eso no le agradó al Jefe del Ejecutivo y mandó a ELVA a la congeladora.
Se sabe que para probar su “lealtad” a CABEZA DE VACA, el abogado JAVIER CASTRO OMARCHEA, ungido en calidad de titular de la Fiscalía
Especializada en Combate a la Corrupción, visitó a la legisladora para que firmara un documento con el propósito de incriminar a adversarios del Gobernador.
Obvio que VALLES OLVERA se negó y lo que vino para ella fue un trato marginal, además de amenazas veladas.
Los “ajustes” internos y externos continuaron y entre ellos el más sonado es el caso del ex Gobernador, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, al que detuvieron en las calles de Victoria, en octubre del 2017, mediante acusaciones apócrifas salidas de la entonces Procuraduría General de Justicia a cargo de IRVING BARRIOS MOJICA.
Esa fue la constante durante el sexenio cabecista ya que lo de menos era considerar si los caídos en desgracia en realidad tenían delito que perseguir.
En realidad la lista es larga pero entre las detenciones arbitrarias y uno que otro secuestros está el de los empresarios matamorenses LUIS ALFREDO BIASI y RAMIRO SALAZAR. El primero estuvo en la cárcel y el segundo fue privado de su libertad para exigir un rescate de varios millones de pesos, aunque se presume que eso solo fue la pantalla.
Lo que tenían en común ambos adinerados es que no comulgaban con el cabecismo.
A la cárcel mandaron también al ex Alcalde de Soto la Marina, HABIEL MEDINA FLORES, debido a que pretendía reelegirse por siglas distintas a las del PAN, instituto que le negó esa posibilidad. El antecedente es que éste político había respaldado, en su momento, a GARCÍA CABEZA DE VACA.
La que tampoco la pasó bien es la abogada SUSANA PRIETO TERRAZAS. Su activismo a favor de los obreros al encabezar el movimiento 20/32 desató la ira del entonces Gobernador y terminó en prisión en junio del 2020, pese a su inocencia.
Las evidencias de violaciones a los derechos elementales que se dieron en el sexenio panista son diversas. Y para eso se utilizaron las instancias de procuración y administración de justicia y hasta un grupo selecto de policías para hacer daño a los contrarios e infundir temor.
Se documenta que durante los comicios a la gubernatura, en el 2022, la maquinaria cabecista trató, manera infructuosa, de “empapelar” y hasta detener a personas cercanas al actual mandatario, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA y a él mismo, en base a inventos que el propio CABEZA DE VACA y su equipo persecutor idearon.
Por cierto, en pleno proceso electoral al que si llevaron a la cárcel fue al dirigente de la Sección 51 del Sindicato de Salud, ADOLFO SIERRA MEDINA, el cual salió bajo fianza gracias a la rápida actuación de su defensa legal.
Algo insólito, en ese proceder ilegal del ex Go
bernador, fue la detención de FRANCISCO LÓPEZ VILLAFRANCA, en mayo del 2018, cuando era candidato a la Presidencia Municipal de San Carlos por las siglas del PRI.
Al KIKO LÓPEZ se le acusó de ser responsable de homicidio y asociación delictuosa. Y aunque le dieron condena de varios años, en las elecciones de junio del 2022 lo sacaron de prisión para hacer labor proselitista a favor del abanderado del PAN, PRI y PRD a la gubernatura.
Por increíble que parezca así ocurrió y ahí están las evidencias del actuar de un individuo que causó estragos en la vida política, social y económica de Tamaulipas, durante el sexenio en que le tocó estar al frente de la entidad.
Si, nos referimos al que se asume perseguido político y que en su locura por tener poder, pretende ser candidato a la Presidencia de la República para que el PAN termine dándole una senaduría o diputación en el 2024 y con ello la impunidad que le urge tener.
El “aspiracionista” cree que mediante la receta de repetir una mentira se hará verdad. Lo que todavía no dimensiona es que en Tamaulipas y el país conocen de sus trastornos de personalidad y de los pendientes criminales de los que tendrá que responder ante la justicia.