DEL ABOGADO AMIGO

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La juventud debe asumir su responsabilidad

Por Luis Torre Aliyán


La semana que concluye se conmemoró el Día Internacional de la Juventud, y con ello vinieron a mi algunas reflexiones.

Si bien los sociólogos alrededor del mundo y las organizaciones que la miden (OMS, ONU, y diversos gobiernos) varían su criterio, en México los rangos de edad dentro de los cuales una persona puede considerarse joven, es entre los 12 y los 29 años.

Evidentemente, como dije, es un tema discutible pues en alguno de los métodos que se emplean para medir el tema, entra el concepto de “adulto joven” que comprende -según algunos- hasta los 39 años de edad y, de acuerdo a otros estudiosos del tema debe ser justo esa la marca, la de los 39, el último año en que alguien puede decirse joven; para otros organismos y organizaciones políticas o de sociedad civil, la marca lo es a los 35, y general no acabaríamos, pues esa discusión se torna tan subjetiva como la definición de “juventud” misma.

El Diccionario de la Real Academia Española establece como significado de “juventud” aquél periodo de la vida humana que precede inmediatamente a la madurez.

Entonces, ¿quién podría decir que a una edad determinada una persona adquiere madurez? Simplemente a qué tipo de madurez se referirá, a la emocional, a la mental, física, etcétera, o a una integral. Cada persona es distinta, de ahí lo complejo de saber a quienes sí felicitar el día internacional de la juventud, y a quienes ya no.

En fin, en mi caso, como adulto joven con 33 años de edad, por lo anteriormente dicho desconozco en realidad si soy o no joven, estimado lector, para fines de sentirme aludido en el Día Internacional de la Juventud, pero con lo que sí me siento es con la seguridad y solvencia de poderles hacer un exhorto a las personas que están entre los 18 y 35 años.

Jóvenes, asuman su responsabilidad. El país pasa por momentos difíciles, y cualquiera que sea su ideología política, cualquiera que sea su trabajo, actividad económica, oficio o profesión, tienen el deber cívico de participar, de opinar, de criticar, de señalar lo que está mal en su comunidad, y de hacer algo por ella.

Hacer algo por ella, no necesariamente es participar en un partido o movimiento social (que puede ser una opción), mi comentario va en sentido amplio, no importa si defienden un punto u otro, lo importante es disminuir la indiferencia social que existe generalmente en los jóvenes respecto a: salir adelante.

Sí es posible estudiar más; sí es posible obtener un incremento salarial; sí es posible emprender; sí es posible destacar en un oficio o profesión; sí es posible demostrarle a quienes no creen en ustedes de qué están hechos; sí es posible convertirse en un líder en un campo determinado dentro de una empresa o fuera de ella; sí es posible ser protagonistas del cambio social, dentro o fuera de la política.

No más indiferencia, jóvenes, no más pereza; no más zonas de confort; no más límites que les imponen en casa o mentes mediocres que no los quieren ver salir adelante. No más pretextos.

Si Ustedes adquieren un compromiso social, y trabajan más, eso será pieza fundamental para que mejoremos las condiciones de vida de nuestro alrededor, pues produciríamos más, no se debe esperar a que el cambio venga de la política, asuman su responsabilidad, para que el día de mañana que estén en otra etapa puedan sentirse orgullosos de que al haber pasado por su juventud, no solo fue de fiesta, errores, parranda, rebeldía sin causa, o pereza “propia de la edad”, si no que puedan ver hacia atrás y decir: Yo sí asumí mi responsabilidad.

Victoria, Tamaulipas y México deben evolucionar, y soy convencido de que es la juventud la que puede empujar para sacar adelante a nuestras comunidades; es una cuestión de energía, vigor y frescura, que otras generaciones naturalmente ya no poseen.

No desperdicien la etapa, asuman su responsabilidad. Rompan los patrones familiares, conviertan en una de sus metas llegar más alto que lo que consideran les toca. El propósito es ver por los demás, comenzando por uno mismo. Sean las y los mejores en lo que hagan. Ahí está la clave.

Sí se puede, y se debe.