EL PATINADERO
El precio del poder
Por Juan Antonio Montoya Báez
Los alcaldes ya realizan cambios en sus gabinetes, seguramente a cuatro meses de que iniciaron sus respectivos mandatos ya tienen una evaluación del papel que jugaron sus elementos.
A estas alturas del partido conocen sus cualidades y defectos, por lo que los alcaldes deben hacer ajustes en sus respectivos equipos, sabedores que desde ya luchan por la aprobación ciudadana, el respaldo de su partido y una posible reelección.
El primer alcalde que empezó el reacomodo de sus colaboradores, fue el de Altamira, ARMANDO MARTÍNEZ MANRIQUE quien decidió hacer algunos movimientos para castigar los actos de corrupción de dos de sus colaboradores.
ARMANDO decidió despedir al Director de Protección Civil, IRVING VARGAS y uno de sus colaboradores LUIS BOK ESPINOZA, pues fueron acusados, al menos en las redes, de intentar extorsionar a los propietarios de un circo.
El gerente o propietario del circo expuso los abusos de los funcionarios que intentaban obtener un beneficio económico para poder dejarlos operar en el municipio.
ARMANDO MARTÍNEZ recibió la denuncia y pidió a la Contraloría que se abriera una carpeta de investigación en su contra para analizar la queja y si existen pruebas en su contra se proceda conforme a derecho.
LUISA CUEVAS será la nueva directora de Protección Civil, por lo cual dejó la Dirección de Ecología, que ahora queda en las manos de RUBER HERBERT. También se dio un movimiento en la Dirección Jurídica, FELIPE IBARRA.
Sin embargo, otros alcaldes en la entidad también deben estar evaluando la realización de algunos movimientos ante los yerros de sus colaboradores.
Por ejemplo, aquí en ciudad Victoria, por ejemplo el alcalde LALO GATTÁS BÁEZ ya debería tener una evaluación de todos sus colaboradores, sabe quiénes pudieron con el trabajo con una calificación sobresaliente, quienes pasaron con ocho, los de panzazo y los reprobados.
En estos momentos existe una calma chicha en el municipio victorense, pero no por ello debe dejarse pasar lo errores del pasado, como en el caso del Director de Cultura, CÉSAR RAMÍREZ MALDONADO, quien para llegar al cargo mintió y traicionó al alcalde.
CÉSAR no es un dechado de honestidad, pues antes de ser funcionario municipal fue inhabilitado por la Contraloría pues detectó que cobraba un salario sin trabajar, al cumplir con dos funciones al mismo tiempo.
El personaje cobraba como maestro de la Preparatoria Federaliza “Carlos Adrián Avilés Bortolucci” donde cobraba casi 42 mil pesos por un trabajo que nunca desempeño, por lo que fue sancionado el pasado diciembre del 2019.
CÉSAR RAMÍREZ no cumple con las máximas del gobierno municipal de la IVT al mentir, traicionar y robar el dinero del pueblo. Casi medio millón de pesos al año y si sacamos las cuentas nos enteraremos del tamaño de su rapacidad. Mintió al alcalde LALO GATTAS, pero lo que no fue en tu año, no fue en tu daño, eso pudiéramos pensar.
Sin embargo, en el presente cometió muchos errores como precursor del vicio y socio de antros, tiene mucho que explicar, además de su evidente ineptitud en el municipio.
Oportunidades ya las tuvo, es el momento de que LALO evalúe su trabajo, al igual que otros de sus colaboradores, cuando existe la calma es el mejor momento para tomar decisiones.
Una decisión que también debe ser evaluada por otros ediles que seguramente ya tienen en su escritorio el resultado del primer cuatrimestre. Las decisiones del poder siempre tienen consecuencias, ejercerlo siempre tiene su precio.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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