Padilla, Tamaulipas. – Este día el pronóstico del clima fue acertado, ya eran las ocho de la mañana y se sentía ese friecito rico que se soluciona con una buena taza de café de olla; y así empezaron a llegar una familia tras otra al ejido Marte R. Gómez de Padilla lugar que fue marcado como punto de reunión para participar en la cabalgata que encabezaría César Verástegui Ostos, el Truko.
El polvo se levantaba entre los cascos de los caballos mientras la algarabía de los jinetes preparando sus monturas sonaba a presagio, de unidad, de construcción. Acudieron a la invitación realizada por el colectivo Todos Por Tamaulipas.
Ellos, los cabalgantes amantes de los caballos y el campo trascendieron las expectativas de los organizadores, llegaron desde los cuatro puntos cardinales más allá del municipio. Todos expectantes de las propuestas que ahí les plantearían, pero sobre todo con la certeza de que sí quieren a César Verástegui Ostos, El Truko como el líder que los lleve a construir las oportunidades que todos merecen.
El Truko llegó al sitio puntual como es su costumbre, vestido con botas y sombrero, él es uno más de ellos, sabe lo que es trabajar la tierra con sus propias manos, sabe de los problemas que enfrentan desde hace algunos años, por eso confían en él. Llegó directo y se mezcló entre los grupos de jinetes no hubo necesidad de presentaciones, de anuncios, eso era lo de menos.
El chiste era acercarse y saludarlo, «¡hey!, Truko aquí estamos para lo que necesites», “cuenta con nosotros”, “contigo sí”, le gritaban entre la multitud que lo rodeaba. En ese largo rato de charla y buena camaradería se fortaleció el vínculo de los lugareños con Verástegui Ostos y los ideales de Vamos por Tamaulipas; al momento de empezar a subir a sus monturas, los padillenses que tenían dudas se convencieron de que la mejor opción para llevar las riendas de Tamaulipas es él.
El Truko trepó a su caballo para dar comienzo a la cabalgata que recorrió al menos 5 ejidos de Padilla, y mientras los cabalgantes dialogaban a lomo de sus caballos a lo lejos se escucha la música propia de la región como: «Prenda Querida», «Pepito y su caballo» o «Mis dos vicios», mismas que eran coreadas por los más de 200 jinetes que acompañaron al nativo de Xicoténcatl.
Esta cabalgata destacó de las muchas que se han realizado en Tamaulipas, aquí todos los jinetes fueron iguales, eran hombres y mujeres que buscan un mismo fin, el bienestar de su estado y su familia; aquí no hubo jerarquías ni personajes unos más importantes que los otros; en esta cabalgata todos los que tenían algo que decir pudieron marchar al lado de Verástegui para exponerle sus ideas, sus necesidades o sus problemas.
Y así, juntos, caballo a caballo compartieron anécdotas, experiencias, planes, proyectos. El ambiente más allá de polvo y de los sonidos del campo era de pura camaradería, de empatía de confianza, de certeza en las que predominaron las carcajadas entre plática y plática, pero sobre todo fue un ejemplo de unidad más allá de ideologías, de colores o de credos.
El recorrido llegó a su fin en la cabecera municipal de Padilla donde esperaban cientos de hombres, mujeres y niños; la fiesta continuó en el lienzo charro del lugar, conviviendo como la gran familia que somos los tamaulipecos.