EL PATINADERO

EL PATINADERO

Un chapulín guindo

Por Juan Antonio Montoya Báez


Sí a usted le dice que comió con CARLOS SLIM el fin de semana y le propuso un negocio millonario que rechazó porque iba contra su ética debe creerle.

Sí le asegura que fue el propio presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR quien le suplicó que aceptará su propuesta para ser diputado local, debe considerarlo.

Sí mañana le asegura que el mismo AMLO le pidió que fuera su candidato a gobernador, por ser la garantía de triunfo de Morena y que por su ética personal decidió rechazarlo también debe creerlo.

Y lo apuntamos de manera enfática y con toda la sinceridad, pero lo que nosotros digamos sale sobrando ante los hechos.

Revisemos sus antecedentes como servidor público, pues al lado del ex gobernador MANUEL CAVAZOS LERMA realizó un espectacular trabajo como Secretario Particular.

Como alcalde de Mante, su trabajo dejó profunda huella, cero desviaciones, ningún acto de corrupción, ni una sola mancha que reprocharle. Sus obras trascendentales se recuerdan.

Como diputado local del PRI, sus compañeros lo recuerdan combativo y meditabundo, desde su curul hacia grandes rabietas cuando intentaban pisar sus ideales. Pocas veces lo vieron en la tribuna, pero sus dosificadas participaciones se convirtieron en propuestas e iniciativas que cimbraron el poder legislativo en el estado.

Como Director General del Transporte acabó con las mafias; los taxistas y microbuseros piratas temblaban al escuchar su nombre como sinónimo de transparencia, al grado que lo apodaban el maestro limpio un torbellino de anticorrupción.  Algunos funcionarios que acapararon concesiones de taxis por poco y las perdían, casi renunciaba cuando sufrió presiones del gobernador para que guardara su blanco trapeador.

Su extraordinaria gestión como funcionario geñista es recordada como un paso histórico, la manera íntegra y eficiente de manejar partidas presupuestales de una Secretaría modesta pero digna de su facilidad para aplicar los recursos en beneficios de las causas.

En su historial todo recurso público en sus manos es muestra fiel de los manejos financieros impecables, incorruptibles y austeros que siempre caracterizan a este ilustre, intachable y ejemplar político.

Su habilidad para vender todo tipo de proyectos de gran visión, sus inagotables relaciones públicas de alto nivel, su inconmensurable labia  lo destacan como un proyecto digno de la 4T. Sin lugar a dudas tiene el perfil de los políticos que el pueblo anhela para que la justicia social sea una realidad.

En su faceta como operador político es todo un estratega, es capaz de recomponer el camino más sinuoso e incierto y llevar cualquier proyecto a la cima y todo por su mayor cualidad, la honestidad. Esto lo define, es incapaz de caer en la tentación de robar o mentir y sus logros siempre están basados en los principios de respeto y confianza.

Ahora como legislador abanderará los más puros ideales de la 4T, recibió la encomienda de ir en contra de exalcaldes para evitar que saquearan presupuestos, evitar despilfarros y el “año de Hidalgo”.

Tiemblen corruptos y malos administradores, viene el paladín de la honestidad y justicia presupuestal, su chapulín guindo, defensor de los tamaulipecos.

Su escudo es la pureza de alma y desde hoy podemos considerar que es el único mantense que jamás miente, exagera, distorsiona o roba.

Viva la 4T y su ilustre diputado. Sus acciones engrandecen la bancada morenista, purifican y redimen el ambiente legislativo.  Después de él, ya no hay megalómanos.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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