Unos con pánico y otros sin miedo al COVID
Por Joel Arnoldo Dávila García
El endurecimiento de las medidas sanitarias a tomar durante las próximas dos semanas, deben ser más que suficientes para que el crecimiento acelerado del COVID-19 en los principales municipios de TAMAULIPAS disminuya.
En una videoconferencia GLORIA MOLINA GAMBOA, secretaria de Salud, dio importantes datos sobre el acelerado incremento de casos y del peligro que existe de que los hospitales colapsen si no se atienden las medidas sanitarias.
La noticia sobre el cierre de los OXXOS y SEVEN ELEVEN en los ocho municipios que más contagios presentan, prácticamente fue una de las nuevas medidas a tomar.
Para entonces los grupos de WhatsApp en los teléfonos celulares se desbordaban cuando en redes sociales la noticia confusa decía que los centros comerciales cerrarían el fin de semana.
Lo que no se quería ver fue lo que sucedió y las compras de pánico no esperaron, concentrando cientos de personas en centros comerciales sin que figuraran los de COEPRIS.
Desde temprana hora los estacionamientos de las diferentes cadenas comerciales estaban llenos, las filas de personas afuera de la tienda esperaban entrar y los carritos llenos demandado y otros de cerveza salían por la puerta contraria de la tienda.
La verdad es que ha faltado más tacto para decir las cosas y evitar este tipo de situaciones, que es por lo que actualmente la SECRETARÍA DE SALUD Y EL GOBIERNO DEL ESTADO se están quejando.
Desde que inició junio y se permitió la reactivación de algunos negocios los casos de COVID-19 aumentaron.
Y siendo francos muchos negocios como restaurantes, bares y palapas aprovecharon la oportunidad de hacer algo de dinero y se les olvidó respetar las medidas sanitarias.
Casi de inmediato surgieron los operativos por parte de COEPRIS apoyados por la POLICÍA ESTATAL, GUARDIA NACIONAL Y TRÁNSITO LOCAL.
La clausura de varios negocios y otros que probablemente eran intocables empezó a molestar a los comerciantes y quienes a través de redes sociales hicieron que denunciaría a esos empleados centaveros de Coepris que aceptaban un moche.
Las concentraciones de personas en ríos y balnearios fue otro de los problemas y a pesar de que Gobierno recomendó a los presidentes municipales o delegados ejidales cerrar los accesos, estos no cumplieron con lo convenido.
En pocas palabras simplemente el Gobierno ha llamado la atención de las personas, algunos cansados de estar encerrados y otros que no le tienen miedo a la enfermedad.
Por hoy es todo, nos vemos en la otra vuelta.