LÓPEZ OBRADOR Y SU DESAFÍO A KEYNES
Dr. Fernando Arriaga Martínez
El pasado jueves 30 de enero, dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país del año 2019. El resultado dado a conocer no podría ser peor, el resultado fue que el país no tan solo no creció, sino que disminuyó su crecimiento en .5%.
¿Qué es el PIB?, pues bien, es el valor de todos los bienes y servicios finales producidos en el interior de la economía de un país durante un año.
¿Qué significa entonces que hayamos disminuido un 0.5%? en el primer año de Gobierno de López Obrador?, pues simple y sencillamente que el producto del trabajo de todos los mexicanos no aumentó, sino que decreció. La pregunta sería, ¿usted, su vecino, sus amigos o cualquier otro mexicano hayamos trabajado menos que el año anterior?
En el caso de los Gobiernos no es así de sencillo, nuestros gobernantes son los administradores de los productos que se generan en toda la nación. Si los gobernantes no hacen su labor adecuadamente o bien no ofrecen los beneficios que podrían convenirles a los fabricantes, agricultores, comerciantes, entre otros, pues no habrá incremento en la producción de bienes. Esto es muy importante porque en la medida en que existan más bienes producidos dentro de un país, habrá mejores precios para la población en la compra de estos y todavía mejor podría ser que hubiera excedentes para la exportación, es decir venderles a otros países nuestros excedentes.
Esto sería un escenario en un mundo feliz, en el que, si así se dieran las cosas, podrían darse mejoras en los niveles de vida de la población.
La verdad es que, en nuestro México, cada vez estamos más lejos de que la población mejore su nivel de vida cada año, como fuera lo deseable, lo que es peor, con las medidas que ha tomado el actual Gobierno Federal este nivel de vida ha ido empeorando de tal forma que empiezan a imperar la desorganización, la apatía y el desorden en casi todos los ámbitos del país.
Grupos que, en forma anónima, encapuchados, destrozan instituciones educativas públicas, con pretextos de todo tipo, agricultores que cierran carreteras por las que se trasladan bienes hacia mercados importantes argumentando falta de ayuda gubernamental, estudiantes que toman casetas en las carreteras para impedir el tránsito de vehículos, entre muchos otros desórdenes, viene a dar como resultado una merma en la producción de los bienes en la nación.
Existen empresas como Bimbo o Coca Cola que simplemente no entregan más sus productos a regiones en donde ya no se les puede garantizar la seguridad para sus actividades. Entre muchas otras acciones este tipo de cuestiones afectan la producción nacional y por lo tanto el PIB.
El titular del Ejecutivo Federal del cual esperaríamos en este momento de urgencia económica un mensaje de aliento o de optimismo para que las fuerzas económicas de la nación se robustecieran, nos encontramos con la sorpresa de que el Señor Presidente de la República anuncia que a él no le importa mucho que no haya crecimiento en el país, (nos preguntamos ¿que le importa entonces?) puesto, continúa diciendo el Sr. López Obrador, que los parámetros con lo que se mide, fueron mediciones que se usaron en el periodo neoliberal, o sea (antes de su Gobierno) y señaló que puede no haber crecimiento, pero si desarrollo y bienestar.
Nada más falso que eso, sin crecimiento económico, no puede haber desarrollo y bienestar, así de sencillo.
Todavía remató diciendo que ya se lo esperaba, y argumentó “pero están cambiando los parámetros para medir, si tenemos bienestar en México y en nuestra sociedad y como tengo otros datos, hay bienestar. Puede ser que no se tenga crecimiento, pero hay desarrollo y bienestar que son distintos».
John Maynard Keynes uno de los referentes más fuertes del manejo de la economía del siglo XX, se ha de estar retorciendo en su tumba después de escuchar los términos populacheros y fáciles que maneja López Obrador. Keynes murió hace 74 años, pero su teoría económica es la base sobre la que se sostienen las economías de los países en la actualidad.
La verdad es que lo dicho por el Presidente, es de lo más ridículo y escandaloso que se puede haber escuchado sobre economía en este país, desde hace muchos años. Lo que le ayuda a evitar el escarnio público es que cada semana hace declaraciones tan escandalosas como la que comentamos, y ya no sabemos cuál es más ridícula que otra.
Dios nos agarre confesados con las decisiones que la ignorancia y la terquedad le dictan a este Señor que en mal momento 30 millones de mexicanos vieron en él la salvación de nuestro país.
