Daisy Verónica Herrera Medrano
Reportera
La migración pasó de ser una oportunidad de desarrollo, a una invasión por parte de delincuentes, transformandola en un delito que dejó al descubierto la dipolaridad de los gobiernos y la subordinacion de México hacia Estados Unidos, consideró la diócesis de Nuevo Laredo.
En un documento que firma monseñor Enrique Sánchez Martínez, Obispo de Nuevo Laredo y el Presbítero Julio López, de la Casa del Migrante Nazareth, se revela que el 2019, marcado por los éxodos masivos de migrantes, a través de las “caravanas”, dejaron al descubierto lo que llamaron un comportamiento bipolar frente al fenómeno de la migración tanto por parte del gobierno mexicano como el de Estados Unidos.
Acusa que México respondió a los intereses de Estados Unidos y su política anti-migrantes y pasó de ser la casa de puertas abiertas que le dice a los migrantes “Bienvenidos, esta es su casa” a una política de retención y control sin precedentes.
«Ante las dificultades de Estados Unidos para construir el muro de la vergüenza con el que se pretende poner fin a la migración, México salió a brindarle apoyo poniendo un muro humano con agentes de la guardia nacional en la frontera sur, para contrarrestar la amenaza de la imposición de aranceles» precisa el documento.
Nuevo Laredo indica, no quedó exento de las políticas irracionales y absurdas que antepusieron lo económico por encima de la dignidad del ser humano e incluso poniendo en entredicho la soberanía nacional, por lo que, el 2019 ha sido en 16 años de la Casa del Migrante Nazareth el de mayor flujo migratorio.
Se atendieron 13,709 personas de 37 nacionalidades, algunos eran migrantes en tránsito, otros migrantes solicitantes de asilo en estados unidos, solicitantes de retorno asistido a sus países de origen, migrantes retornados, del programa de protección a Migrantes, y un constante y elevado número de mexicanos deportados de los Estados Unidos.
Las cifras de la Casa del Migrante Nazareth detallan que durante el año 2019 se atendieron 11,140 hombres y 2,569 mujeres, es decir, 1,485 personas más que en el año 2018.
Del total de personas recibidas el año pasado, 942 son menores de edad, lo que representa un incremento del doble de menores en relación al 2018.
Respecto a las nacionalidades detalla que 11,424 son mexicanos deportados de Estados Unidos y 2,285 migrantes en tránsito y retornados del Programa de Protección a Migrantes (MPP por su sigla en inglés).
De los migrantes en tránsito, se atendieron 1,825 extranjeros y 460 mexicanos. A través del Instituto Nacional de Migración presentó 1,094 solicitantes de asilo a CBP (Customs and Border Protection) en el puente internacional, de los cuales el número más alto lo representan los mexicanos que huyen de situaciones de violencia e inseguridad.
Esta cifra es muy significativa porque sumando la cantidad de centro americanos solicitantes de asilo en la Unión Americana, estos son solo la mitad comparado con los mexicanos y advierte la grave situación de inseguridad y violencia que se vive al interior del país y que lo hace expulsor de migrantes, tomando en cuenta que esta cifra se refiere solo a solicitantes de asilo, sin considerar el alto índice de mexicanos que pasan clandestinamente por el rió bravo y que de cualquier manera se refleja en el alto índice de deportados locales.
En este contexto, resalta el alto número de personas provenientes de países Africanos seguidos de Cuba y Venezuela. Otros países, si bien con números de una sola cifra, también son indicativos del fenómeno migratorio del 2019.
Casa del Migrante Nazareth brindó el año pasado, 159,859 platos de comida, se entregaron 33,428 prendas de vestir y se brindaron 16,945 llamadas de teléfono que representan aproximadamente 52,000 minutos de servicio telefónico.