Por Salvador Leal Luna
Los cambios de palabra en algunas dependencias sean municipales, estatales o federales, no tiene nada novedoso, Hay tienen ustedes al IFE por el INE, que ha pasado, que ha sido más caro, nunca completan con lo que les dan y el trabajo es el mismo, con las siglas de antes, como con las nuevas, Esto a mi juicio no beneficia a nadie en especial.
Lo de Sedesol, por Bienestar Social, también sale sobrando. Aquí sería conveniente que los programas sociales que hagan los gobiernos, se elevan a rango constitucional y se acabarían los dimes y diretes, como el “manoseo político” que les da cada gobierno en sus municipios, entidades federativas y porque no el gobierno federal.
Los cambios de palabras de las instancias, al final de cuentas, quedan igual o peor, no resuelven los problemas que se tienen, sino más bien todo lo politizan que es lo más grave del caso. Esto ha sucedió en todo tipo de gobierno, sean de los diferentes partidos políticos. Hoy no es la excepción, ni en Tamaulipas, ni en todo el país, se incluye el actual gobierno federal del “predicador” de México, Andrés Manuel López Obrador.
Digo esto, porque el recién cambio que se dio aquí en el Estado, donde la Procuraduría General de Justicia, pasa a ser, Fiscalía General de Justicia. Repito las palabras es lo de menos, sino que es la misma gata, pero revolcada. La situación es que también tuvieron que cambiar la Ley Orgánica de la ex a la nueva, pero no lo hicieron y lo escrito en otras ocasiones es regresarle la “originalidad” a esta ley; es decir ponerle “ser tamaulipeco”. Esto se lo quitaron en la legislatura 62, haya por el año 2016, para hacer exacto.
La anterior legislatura que fue presidida en un principio por el ajonjolí de todos los moles, Carlos Alberto García González, luego paso al soñador y poeta, Glafiro Salinas Mendiola, tampoco hicieron nada al respecto, pese a que fue donde se llevó todo este merequetengue del cambio de Procuraduría a Fiscalía, como de la Ley Orgánica de esta dependencia en Tamaulipas e inclusive la elección de ese cargo.
Esperemos que esta 64 legislatura local de Tamaulipas, haga algo y le regrese; repito la originalidad a la Ley Orgánica, hoy de la Fiscalía General de Justicia en el Estado, con el fin de que en próximos gobiernos estatales, llegue un abogado o abogada tamaulipeco y no tener que exportar a foráneos, cuando existen hombres y mujeres capaces para asumir estos cargos en el Estado. Sobre todo con probada independencia.
Ante ello, tampoco he visto a esas agrupaciones de barra de abogados, colegios, notarios públicos y demás organizaciones que se hayan manifestado ante ese cambio que se hizo a la Ley Orgánica de la hoy Fiscalía, al quitarle esas palabras “ser tamaulipeco” y que estuvo por mucho tiempo.
Veremos si hay voluntad política de la mayoría panista en el actual Congreso de Tamaulipas a cargo de Gerardo Peña Flores, por presentar alguna acción legislativa y repito regresar a esa Ley dichas palabras que fueron quitadas de un plumazo o mejor dicho, como quitarle un dulce a un niño recién nacido.
Esperemos también que con esa comisión especial para revisar y actualizar la Constitución de Tamaulipas que se constituyó en esta legislatura local, no vaya hacer para quitar normas de esa carta constitucional local y ver cambios para favorecer a personas o grupos en el Estado. Esto sin duda sería el acabose, pero sobre todo una vergüenza política constitucional. Veremos qué pasa más adelante.
Por hoy es todo.
HASTA LA PRÓXIMA.
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