EL MALETÍN DE LA VERGÜENZA
Por Juan Antonio Montoya Báez
Cuando el PRI estaba en el poder, el gobernador en turno tenía la capacidad de poner e imponer los dirigentes de cada partido, los compraba y captaba para que no lanzaran críticas o señalamientos que manchen la imagen de la administración en turno.
Tenían la capacidad de comprar los candidatos a las alcaldías que más les interesaban, ahí si fue como limpiaron tantas veces el camino para colocar bultos en las presidencias municipales.
En las épocas del PRI también colocaron candidatos del PAN a la gubernatura, impusieron en dos ocasiones al ex alcalde victorense GUSTAVO ADOLFO CÁRDENAS GUTIÉRREZ, pues sabían su precio y lo compraron.
No era caro, comparando con la utilidad que puede arrojar una gubernatura tan grande e importante como la de Tamaulipas, pero además significa la compra de complicidad, pues les garantiza una salida tersa y sin temor a la prisión.
Así eran las cosas de simples y tenebrosas, la democracia tenía precio y los gobernadores muchos recursos políticos y económicos.
EUGENIO compró a JOSÉ JULIÁN SACRAMENTO como candidato del PAN a la gubernatura, pero el ex senador azul exageró, pues ni siquiera hizo campaña. Su familia creía más en su persona y se movilizaron por toda la entidad promocionando una cruzada por la que ya se había pagado y desembolsado una gran cantidad de recursos y el maletín de la vergüenza que se entregó en la ciudad de Brownsville, Texas.
En el pasado reciente, hubo un pacto desesperado para comprar un dirigente débil entregado y nada problemático en el PRI, logrando imponer un personaje de la talla de SERGIO GUAJARDO MALDONADO cerrando el paso a ÓSCAR LUEBBERT GUTIÉRREZ, pues temían que provocara contrariedades y era una persona no grata.
Después maniobraron a favor de YAHLEEL ABDALÁ CARMONA como dirigente del PRI, para que cumpliera sumisamente las instrucciones que emitían desde los niveles superiores. Ella aceptó gustosa y hundió más al PRI.
Hoy desde el CEN del tricolor buscaron desesperadamente que se diera un acuerdo de unidad y parece que lo alcanzaron a favor de EDGAR MELHEM SALINAS, pues tienen la esperanza de que al menos el riobravense asuma un papel mucho más responsable y serio.
Siguiendo con el tema del PRI, queremos hacer una corrección a una anterior colaboración, pues aseguramos que la empresa Hipercolor era propiedad de RICARDO GONZÁLEZ, cuando en realidad es propiedad de ARMANDO CABALLERO DORANTES.
El empresario rechaza cualquier sociedad con Hipercolor, estableciendo que el único trato que hizo fue una renta de una oficina de su propiedad, donde posteriormente instaló un negocio.
“No tengo nada que ver con la demanda que interpuso Hipercolor en contra del PRI, no tengo ningún interés personal, ni financiero en esa demanda. Yo no busco perjudicar a nadie en ese asunto, ni ando buscando ningún peso del PRI”.
GONZÁLEZ reconoce la amistad y aprecio que siente por el ex gobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, pues nunca rechazará su relación de amigos, “porque yo no soy ningún traidor”.
También rechazó estar enterado sobre quienes realizan trabajos de remodelación del Club Campestre Victoria, pues el responsable del área de construcción es el Arquitecto RAFAEL CISNEROS, quien decide y supervisa las obras que se realizan en el presente y futuro.
Y debemos reconocer que en cuanto a la empresa Hipercolor el dueño es la empresa ARMANDO CABALLERO de acuerdo a los registros de propiedad y de proveedores del gobierno estatal.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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