Denuncian secuestro de cuatro adultos y tres niños migrantes

Aunque los nueve migrantes que fueron atacados provienen del norte de Honduras, se habían conocido en el camino horas antes, al entrar a México.

Tabasco / Agencias

Migrantes de Honduras revelaron el secuestro de siete personas, entre ellas tres niños, en Tenosique, Tabasco, cerca del paso fronterizo El Ceibo.

De acuerdo con el testimonio de dos jóvenes, la madrugada este sábado 22 hombres encapuchados y armados plagiaron a un hombre adulto de 28 años, a un joven de entre 18 y 20 años, a otro joven de 18 años y a una mujer de 30 años, así como a sus tres hijos: dos niñas de entre 3 y 5 años y un varón de seis años.

De acuerdo con el testimonio de los dos jóvenes –quienes lo repitieron ante la ONG Movimiento Migrante Mesoamericano- ellos lograron escapar de los plagiarios y esconderse, aprovechando la noche y la maleza. “Los asaltantes los subieron a la camioneta, fuimos los únicos dos que nos escapamos”, comentaron.

Los migrantes refirieron que el asalto ocurrió a la 1:00 de la mañana del sábado 22 de junio, en las inmediaciones del Puente Poleva, próximo al basurero ubicado a la entrada de Tenosique, en el kilómetro 3 de la carretera México 203.

“Nos habíamos escondido (de los plagiarios) todo el día y empezamos a caminar como a las siete de la tarde hacia Tenosique. Como tres kilómetros antes de llegar (ya de madrugada), nos detuvieron los asaltantes en una camioneta Chevrolet blanca”, explica uno de los testigos, cuyas identidades se reservan.

De la camioneta bajaron personas encapuchadas. “La camioneta tenía luces abajo y al bajarse (los hombres), traían foquitos como de minero. Al principio se presentaron como (agentes de) Migración, vestían todos de negro, con una camisa abierta y un (rifle de asalto) AR-15”.

Al verlos armados y saberse emboscados, los migrantes narran que corrieron hacia el monte, intentando escapar.

“Nos persiguieron y nos rodearon. Nos gritaban: ‘¡párense hijos de su puta madre!¡a dónde van! Y nos paramos. Nos pusieron a todos boca abajo, con las manos hacia atrás.

“Cuando levanté la cara, uno de ellos me dice: ¿qué me ves? y el arma me la dejó venir así”, contó el joven mientras hace el movimiento de lanzar un golpe al aire.

El entrevistado mostró sus heridas: en el labio superior y tras la oreja derecha pueden verse la hinchazón y las marcas de los golpes recibidos.

“Nos atraparon al querer correr”, agregó el segundo testigo, que recibió un golpe con un arma que le abrió la frente.

“Cuando los estaban montando (subiendo) a la camioneta que estaba en un barranco, nos tiramos y nos escondimos hasta que amaneció”, explicó uno de ellos.

El segundo explicó: “Desde el momento que nos salieron (que aparecieron) dije: ‘acá no hay de otra’; al momento lloré por mis hijos y mi esposa, y cuando este man (hombre) me dijo ‘hay un chance, tirémonos’, nos tiramos y salimos cómo que nos llevaba una brasita, corriendo, porque yo ya sentía los pasos atrás.

“Fuimos los únicos dos que nos escapamos, pero los niños me dan pesar. Quedamos trastornados de lo que pasó, lo único que pensé fue en la muerte. Esto que me hicieron no se me olvida más en la vida”, explicó el joven hondureño.

Aunque los nueve migrantes que fueron atacados provienen del norte de Honduras, se habían conocido en el camino horas antes, al entrar a México.