EL GRAN PAQUETE
Por Juan Antonio Montoya Báez
“Crecí en la Azteca, vendí pan y trabajé en el mercado, me escapaba con temperatura para no faltar a la primaria Francisco González Bocanegra, nunca me he rendido para cumplir mis sueños y mi lema siempre ha sido que ¡jamás se rindan!. ¡Soy ARTURO SOTO, el adulto que de niño soñé!.
La niñez de #CdVictoria ¡nunca se rinde!… luchen por sus sueños y ¡los harán realidad!”.
Las personas que más lo conocen en la vida lo describen, su mamá ORALIA, dice que era un niño muy tranquilo, nada latoso, “para nada inquieto, la verdad es que con cualquier cosa se entretenía, con cualquier cosa jugaba. De bien chiquito yo hacía pan, y él lo llevaba a vender, después se iba de paqueterito en las tiendas”.
Su esposa LIZ seguramente no lo conoció en la infancia, pertenecían a dos mundos opuestos, ella de El Campestre y él de la Colonia Azteca, un barrio proletariado de la ciudad. Quizá nunca soñaron en encontrarse con tanta fuerza, hoy son uno de los matrimonios más sólidos que seguramente soportan tempestades y marejadas.
LIZ, recuerda “una anécdota cuando estaba muy enfermo, y lo reportaron de la escuela y su mamá fuepor él, pero se volvió a escapar, para ir a la escuela porque no podía faltar. Desde entonces siempre fue muy responsable, como hasta la fecha”.
Su mamá ORALIA ALEMÁN, dijo que “él siempre estudio en la mañana, pero su hermana Marisela en la tarde, a él también le tocó en la tarde, pero él sólo quien sabe con quién habló y se cambió a la mañana”.
LIZ dice que su marido es muy niñero, le gusta cargarlos, es bromista, siempre está jugando con ellos, pero lo mejor es que siempre está presente para ellos.
DOÑA ORALIA asegura que como hijo es el mejor y como papá pocos lo igualan, “pero bueno ya como esposo eso le toca a LIZ”.
LIZ CALDERÓN señala que el principal consejo de ARTURO para todos los papas es inculcar a los niños que nunca dejen de estudiar, “que nunca dejen de prepararse, porque es lo que ha llevado a alcanzar grandes cosas”.
Estas palabras lo describen un poco y claro que las personas cambian, del niño poco inquieto, paso a ser un hombre con una personalidad totalmente contraria, le encanta estar en constante movimiento, con el agregado que para muchos es el “pelado más terco que pueden conocer”.
De hecho es la tercera vez que aparecerá en las boletas electorales , dos veces como candidato a la alcaldía, enfrentando a la aplanadora tricolor que en ciudad Victoria nada podía vencer, pero estuvo a punto de hacerlo.
ARTURO SOTO ALEMÁN es el diputado local por el Distrito XV de ciudad Victoria, con una gran diferencia es el operador de su propia campaña, tiene medido los factores negativos, pero en la balanza detectó más los positivos.
De hecho trabaja en el proceso electoral como sí perdiera, no es confiado, sabe respetar a los rivales, los mide y acepta su retos, mide sus palabras, ni lanza ataques, se limita a presentar sus propuestas.
En definitiva la gente cambia, ARTURO lo hizo y ya no es el mismo candidato que perdió dos elecciones, ni tampoco el niño tranquilo que se entretenía con cualquier juguete, ahora se volvió travieso y parece jugar a lo seguro.
La apuesta es demasiada alta, en día 18 de campaña recorrió la colonia Cuauhtémoc y América de Juárez donde la respuesta fue positiva. Su invitación para votar por la formula azul este dos de junio sigue abierta. Le tercera es la vencida.
La gente cambia, SOTO ALEMÁN ya no es el paqueterito, hoy tiene el gran paquete de ganar los comicios.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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