EL MISMO REZO
Por Clemente Castro González
Mientras los diputados, contaditos por cierto, se desgañitan al hacer preguntas “incómodas”, los comparecientes se aplican para dar cuenta del estado que guarda su dependencia, a fin de no derrapar y ser objeto de arremetidas mayores, con frecuencia salpicadas de ironía, sarcasmo e insidia.
Lo que se ve y que no pasa a mayores, sea el Congreso federal o el local, son los posicionamientos de los representantes populares; sus críticas y cuestionamientos que, como se dice en el argot popular, resultan ser como las llamadas a misa, en tanto que las atienden aquel que quiere hacerlo.
Y es que el o la servidora pública que es sentada en banquillo de los o las acusadas puede llegar hasta la mentira deliberada y, es común que no suceda nada.
Ahí tenemos lo de la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU), ROSARIO ROBLES BERLANGA, la cual acaba de recibir metralla en la cámara baja, sin que a la dama le hayan desplanchado su pelo, corrido su rímel, ni echado a perder su maquillaje.
La mera verdad es que “Chayo” le echó retórica, esgrima verbal y bastante cinismo.
Porque es una “jalada” eso de que ella no firmó nada que la involucre en la llamada “estafa maestra”, un tejemaneje del presupuesto público mediante el que se metieron a empresas fantasmas y universidades para facturar cantidades millonarias por concepto de tales o cuales servicios que, al fin de cuentas, no se dieron.
Lo interesante del negocio es que el billete, en cantidades abultadas, fue a parar a manos anónimas, se supone que del propio gobierno y en una de esas, parte del billete se canalizó hacia algún partido político
Al final de cuentas a ROBLES BERLANGA ya se le dio el mote de “chiva expiatoria” y ella misma trato de cubrir otro flanco al negar que en los “enjuagues” realizados se encuentren documentos que la comprometan.
De modo que si se le complica la situación a la integrante del equipo del casi ex presidente, ENRIQUE PEÑA NIETO, le queda plagiarse la muy conocida frase de “yo no me mandaba sola”, que acuño un prócer tamaulipeco cuando fue metido a la cárcel, durante la administración del ahora ex gobernador, TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA, el cual, dicho se ha de paso, en la actualidad se encuentra preso en los Estados Unidos de Norteamérica.
Guardadas las proporciones y de regreso al punto de la colaboración, acaban de cerrar su presencia ante los legisladores tamaulipecos GERARDO PEÑA FLORES y GLORIA MOLINA GAMBOA, secretarios de Bienestar Social y Salud, en forma respectiva.
Lo que se esperaba sucedió, no mucho. Diríamos que todo dentro de la “sana normalidad”. Y vaya que había tela de donde cortar, sobre todo en Salud.
Pero pasó lo que suele suceder en las comparecencias: de ahora y de antes. Los interesados preguntaban lo que querían y los invitados responden lo que traen en su guión.
Más de lo mismo dirían los clásicos pero así es el abarrote mientras no haya un formato distinto y, al fin de cuentas, verdaderas indagaciones sobre el quehacer público para encontrar las disfunciones y deslices de aquellos funcionarios que aparten del camino del bien.
De verdad es que a estas alturas ya no se vale hacerle al “Tío Lolo” y los legisladores están obligados a superar formatos caducos que, cuando mucho sirven para la “catarsis”.
Se requiere jalar la marca, dejar huella, innovar. En concreto, poner en el centro de la acción a los ciudadanos.
Los integrantes del Poder legislativo no deben asumir que, un día sí y el otro también, son los representantes populares. Y que así fuera, es pertinente que los ciudadanos, a los que les duelen las carencias y no son alcanzados por la mano de los órdenes de gobierno, se hagan sentir, incluso de manera presencial.
Si se habla de transparencia, rendición de cuentas y otras hierbas, implica no dejar al margen “al respetable”.
Lo que debe superarse es la idea de que se está en el circo, la maroma y el teatro, porque ello crea la percepción de que se simula, lo que no es buena señal.
AL CIERRE
Según se lo comentamos en la colaboración anterior lo de llegada de YAHLEEL ABDALA CARMONA, para dirigir al PRI estatal, parece ser cosa juzgada.
Lo que se dice es que la lideresa tricolor, CLAUDIA RUIZ MASSIEU, estaría en Victoria, el próximo viernes, para levantarle la mano a la ungida.
En calidad de mientras, el líder de la bancada priista en el Congreso tamaulipeco, ALEJANDRO ETIENNE LLANO, se congratuló de la decisión.
Bien haría el alto mando de la Contraloría estatal en revisar las denuncias que pesan sobre el director Administrativo de la Secretaría del Trabajo, JORGE MARTÍN CANTÚ ORTIZ, en lo específico por fraude y usurpación de identidad.
Se entiende que el caso del también abogado se encuentra en proceso en la Procuraduría General de Justicia pero resulta lógico que no le pierdan la vista a dicho personaje que, a juzgar por lo que se sabe, “trae cola”.
El antecedente es que en su carácter de abogado se le habría ido “al baño” a un cliente al que representaba en un litigio.
Si se comprueba que fue así, a CANTÚ ORTIZ le viene a modo la sentencia popular de que “ponen a cuidar al coyote a las gallinas”.