Del Abogado Amigo

Presidente de México

Luis Torre Aliyán


La vida da muchas vueltas, dice el dicho. Después de años y años de su lucha, es Usted, merecidamente, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Usted y su movimiento, hay que decirlo, se terminaron por imponer a actores y grupos económicos y de poder, que la verdad, ya no tenían nada que ofrecerle a los mexicanos.

Usted, toda la vida sostuvo, e incluso hace algunas horas en su toma de protesta lo reiteró, que no le interesa lo material, que establece el valor de la honestidad en el servicio público como piedra angular y principio fundamental de lo que Usted denomina La Cuarta Transformación y, en congruencia con ello, veo que va para adelante con la controvertida constitución moral.

También incorporó a su discurso, y lo celebro, que si pudiera resumir en una frase el objetivo de la Cuarta Transformación, esta sería: “Acabar con la corrupción y con la impunidad”.

Aquí, señor Presidente, en este espacio, desde hace años que establecimos como premisa pilar de los textos #DelAbogadoAmigo, precisamente ese tema, pues no vemos desde esta óptica otra manera de dignificar la vida pública del país, que no sea, cambiando la forma de hacer gobierno, de mentalidad: de poner, como debe ser, el poder al servicio de los demás y no de unos cuantos, porque solo así adquiere sentido la política.

Cuente, a título personal, con todo mi esfuerzo como ciudadano mexicano para apoyarlo en esa noble causa, siempre que sea genuina y que Usted y su equipo actúen congruentes a su discurso.

Y aunque como hemos dicho, no coincidimos con la política del perdón a la corrupción del pasado, como tampoco con el “borrón y cuenta nueva” que Usted propone, sí coincidimos, repito, con la honestidad como eje central de la acción pública.

Por ello, bienvenida la constitución moral, siempre y cuando jamás sea vinculante, y solo sirva como referencia: como código de ética en el servicio público, pero que las conductas humanas sigan siendo juzgadas bajo lo que disponen las leyes, y no bajo ningún otro esquema.

Señor Presidente de México, aunque tal vez pertenezco a otra ideología política, humildemente sostengo que sí pueden convivir sus radicales ideales con el estado de

derecho, pues creo, sinceramente, que en la práctica no se contrapondrían por ejemplo, la constitución moral y la constitución política de México.

Y al contrario, me atrevería a decir, que la primera fortalecería a la segunda, pues precisamente ha recaído en la falta de valores morales el incentivo mayor hacia la tentación de vulnerar las normas jurídicas o su espíritu.

Si resulta señor Presidente, que la Cuarta Transformación sirve para disminuir la inseguridad, acelerar el crecimiento económico, abrir las áreas de oportunidad a los jóvenes, tratar dignamente a los adultos mayores y sobre todo golpear de verdad al arraigamiento de la corrupción y la impunidad de ahora en adelante, pues siga Usted “consultando” pese a quienes nos pese.

“La vida da muchas vueltas”, inicié la de hoy. Tiene Usted tremenda legitimación del pueblo de México para ejercer el poder en beneficio de este.

Hágalo así, y categóricamente; del mismo modo que tuvo la resistencia, perseverancia y fortaleza para llegar; pues tiene frente así, por fin, su gran oportunidad de pasar a la historia como un buen Presidente de México.

Usted ha demostrado que es posible salir bien librado de las vueltas de la vida, confío en que así se verá a partir de 2024.

Que así sea, por el bien de todos. ÉXITO, Presidente. Viva México.